Wizard Kanobus: Todo es Energía.

31.1.16

Todo es Energía.

"Hemos estado completamente equivocados. A lo que llamamos materia es energía, cuya vibración ha sido reducida hasta ser perceptible para los sentidos."

-Albert Einstein-

Lo que crees que es sólido simplemente es una vibración a un rango que tus sentidos pueden percibir.

Eres pura energía.

La energía no puede ser creada ni destruida... ¡Eres infinito!

El Universo entero está vivo.

Dios no creó el Universo, Dios se convirtió en el Universo.

"Tus ojos son los ojos con los que el Universo se mira a sí mismo para conocerse"

-Carl Sagan-

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Lo infinitamente pequeño

Toda materia, toda energía, está compuesta por átomos.

Los átomos a su vez están conformados por electrones, neutrones y protones. Pero para poder explicar las fuerzas fundamentales y sus interacciones: gravedad, electromagnetismo, fuerzas nucleares débil y fuerte, se consideró que debía existir unos componentes aun más pequeño. Entonces la Ciencia descubre que los electrones, los protones y los neutrones están conformados a su vez por cuarks, leptones y bosones en varias modalidades todos ellos.

Así, ya por fin, se explica la fuerza electromagnética, las fuerzas nucleares débil y fuerte, pero no la fuerza de la gravedad.

Para poder explicar también esta última fuerza fundamental, la de la gravedad, debe existir otro modo de hacerlo.

Es ahí donde aparece la denominada "teoría de cuerdas", que predice que existen otras "partículas" aun más pequeñas que los cuarks, los leptones y bosones, y que pasarían a formar parte de estos. A estas partículas más pequeñas aun las denominaron "cuerdas".

Las cuerdas serían una especie de filamentos de energía en constante vibración. Esta vibración tendría además una frecuencia determinada otorgándole propiedades distinta a las partículas elementales según ese nivel de frecuencia.

Se teoriza que estas "cuerdas" deben tener un tamaño infinitamente pequeño en comparación con el átomo. Esta magnitud podría ser similar a: si pudiésemos ampliar un átomo al tamaño del Sistema Solar, una cuerda tendría el tamaño de un árbol. Por tanto, cualquier partícula elemental estaría formada por billones de cuerdas vibrantes.

¿Principio de indeterminación?

La Ciencia, en el estudio de la denominada "mecánica cuántica", ha descubierto que las "partículas" más pequeñas de las que se tienen conocimiento es decir, los cuarks, los fermiones y los bosones, que son parte en sus distintas formas de los ya conocidos electrones, protones y neutrones de un átomo, en realidad no se encuentran en una determinada posición en un determinado momento, sino que estos se encuentran en un constante movimiento vibratorio de existencia y no existencia. De alguna manera aparecen y desaparecen de un lugar determinado en un momento determinado.

A este fenómeno se le denomina PRINCIPIO DE INDETERMINACIÓN.

Esto es lo que dice la Ciencia oficial según lo investigado hasta ahora....

En realidad, esas partículas elementales que conforman el átomo -compuestas a su vez de cuerdas vibrantes infinitamente pequeñas- no es que aparezcan y desaparezcan en un instante determinado, en realidad cuando aparentan desaparecer, es que están vibrando en un rango de frecuencia que no es visible para nosotros ni detectable para nuestros instrumentos científicos.

La partículas elementales no aparecen y desaparecen sin más. Estas partículas vibran a una determinada frecuencia detectable para nosotros; pero además posee la particularidad de poder cambiar inmediatamente de nivel vibratorio, cambiando a otra frecuencia que ya no es detectable por los instrumentos científicos.

En apariencia pues, estos aparecen y desaparecen, pero en la realidad, pasan a otro estado vibratorio, a otro estado cuántico, que la teoría de cuerdas denomina "dimensión".

Las 11 dimensiones del Universo.

La teoría de la relatividad de Einstein explica cómo funciona el macrouniverso -estrellas, planetas, galaxias...-. La teoría de la mecánica cuántica explica cómo funciona el microuniverso -átomos, cuarks... - Pero ambas teorías, a priori, aparentan ser incompatibles pues definen mundos totalmente distintos, sin embargo uno conforma el otro; en realidad es el mismo. ¿Cómo hallar una teoría que compatibilice ambas, que las relacione?

De ahí surge la teoría M. Esta teoría viene a decir que debe existir un mínimo de 11 dimensiones para poder explicar la existencia cuántica del Universo: las tres que definen el espacio: alto, ancho y largo, y el tiempo. Pero además existen otras siete dimensiones más extras. De lo contrario no tendría explicación la existencia del Universo.

¿Las partículas solo existen cuando son observadas?

Según la interpretación estándar de la mecánica cuántica explicada en los libros de textos: "la realidad física solo existe por el mero hecho de observarla".

Ésta es “La interpretación de Copenhague” de la mecánica cuántica desarrollada a fines de la década del ’20 por Niels Bohr y Werner Heisenberg.

Heisenberg dijo: “Creo que la existencia de la ‘senda’ clásica puede trabajosamente formularse como sigue: la ‘senda’ comienza a existir solamente cuando la observamos”.

Por deducción queda absolutamente claro que es la CONCIENCIA la que determina la existencia o no de las partículas subatómicas.

O mejor dicho, es la consciencia la que determina en qué modo existen esas partículas subatómicas, porque en realidad estas partículas siempre están ahí.

Toda partícula existen en todo momento.

En esto consiste el error de esta formulación: las partículas subatómicas siempre están ahí, no desaparecen cuando dejamos de observarlas. ¿Por qué?...

Como ya dije, no es que dejen de existir estás partículas cuando no las observamos, sino que vibran en un extenso espectro de frecuencias distintas. Nuestra mente solo capta una reducida parte de ese espectro.

Cuando observamos una partícula subatómica, es decir, cuando aplicamos nuestra conciencia sobre ella... siguen vibrando en todas las frecuencias posibles, pero nosotros solo somos capaces de percibirlas en nuestra frecuencia. En la frecuencia en la que nuestros sentidos son capaces de detectarlas, en la frecuencia que nuestra mente las capta gracias a su conexión con nuestros sentidos; y esta mente -nuestra mente- está conectada con la CONCIENCIA que a la vez se aloja en el cerebro y queda en él constreñida.

Se trata al fin y al cabo de una serie de restricciones que "padece y somete" a nuestra consciencia por estar unida a una mente-cerebro con capacidades limitadas para poder interpretar las distintas energías con las que está hecho el Universo.

El cerebro a su vez solo es capaz de interpretar la realidad según los sentidos mediante los cuales se conecta: vista, oído, olfato, tacto... es el responsable de hacernos creer que lo que no es observado -lo que no podemos captar- no existe, o deja de existir.

El rango de frecuencia por el que observamos la realidad, es el que nos hace interpretar todo según la base de las tres dimensiones que experimentamos, más otra extra -el tiempo-.

Toda partícula continúa existiendo en las distintas dimensiones: cuarta, quinta, sexta, séptima, octava, novena, décima y hasta once dimensiones según la teoría M de la mecánica cuántica.

El espectro electromagnético en otras dimensiones.

El espectro de frecuencias electromagnéticas que somos capaces de detectar, tanto a nivel de nuestros sentidos como los captados por nuestros instrumentos científicos, van desde las frecuencias extremadamente bajas en el orden de 10 elevado a 2 hercios (hz), hasta los rayos cósmicos cuya frecuencia alcanza los 10 elevado a 23.

Esta es pues toda la gama de frecuencias del espectro electromagnético detectable.
Este espectro corresponde pues a todo lo que existe desde nuestra perspectiva dimensional. Es decir, corresponde a todo lo que observamos y existe en las tres dimensiones del espacio; en nuestro sistema tridimensional.

Según la teoría de cuerdas, además de estas tres dimensiones conocidas más el tiempo, también existen al menos otras siete dimensiones desconocidas más.
Entonces ¿dónde se situarían estas otras dimensiones dentro del espectro electromagnético?
Se trataría pues de una parte del espectro electromagnético desconocido.

Veamos; si las tres dimensiones del espacio (la 3ª dimensión) vienen definida por una determinada banda de frecuencia conocida que va desde los 10 elevado a 2 hasta los 10 elevado a 23... entonces, la segunda dimensión estaría situada por debajo de 10 elevado a 2. Y la primera dimensión, por debajo de esta en el espectro electromagnético.

Como sus frecuencias exactas no son conocidas, tomaremos una horquilla simbólica estimada, esta vez en vez de 21 unidades exponenciales correspondiente en la realidad a la tercera dimensión, solo 7 para hacerla más manejable. Aplicaremos la misma horquilla simbólica estimada para el resto de las dimensiones superiores a la tercera dimensión:

TERCERA dimensión, desde los 10 elevado a 2 hasta los 10 elevado a 23 (conocida)
SEGUNDA dimensión, desde 10 elevado a 2 hasta 10 elevado a -8 (simbólica)
PRIMERA dimensión, desde 10 elevado a -8 hasta 10 elevado a -15 (simbólica)

Hemos dado pues una cadencia de siete exponenciales por cada dimensión.
Si según la teoría de cuerdas existiera un total de al menos 11 dimensiones, y proseguimos con esta secuencia, quedaría entonces como sigue…

4º dimensión- desde 10 elevado 23 hasta 10 elevado a 30.
5º dimensión- 10 elevado 30/ hasta 10 elevado 37
6º dimensión- 10 elevado 37/ hasta 10 elevado 44
7º dimensión- 10 elevado 44/ hasta 10 elevado 51
8º dimensión- 10 elevado 51/ hasta 10 elevado 58
9º dimensión- 10 elevado 58/ hasta 10 elevado 65
10º dimensión- 10 elevado 65/ hasta 10 elevado 72
11º dimensión- por encima de 10 elevado a 72

Esta sería la progresión estimada, la cual utilizaré a partir de ahora de manera simbólica, pues los valores en la realidad pueden ser muy distintos.

El Tiempo

El Tiempo es la percepción sesgada del cuarto parámetro espacial característico de la cuarta dimensión de la materia.

Tal y como en el entorno que percibimos detectamos tres dimensiones: alto, ancho y largo, el tiempo es otro parámetro más del espacio, aunque propio de la cuarta dimensión.

En realidad ese cuarto parámetro de la cuarta dimensión lo percibimos de forma somera, de manera incompleta. A esa leve parte que percibimos de ese parámetro espacial de la cuarta dimensión es a lo que llamamos "tiempo".

Entonces ese cuarto parámetro espacial propio de la cuarta dimensión de la materia, en su plenitud, debe recibir otra denominación distinta; llamémosla "omte".

De esta forma las cuatro dimensiones del espacio son: alto, ancho, largo y omte, pero como nuestros sentidos no pueden captar ese cuarto parámetro dimensional en su totalidad, a esa parte leve que percibimos del omte, la sentimos y denominamos "tiempo".

Un ejemplo para su comprensión:

Los vegetales están diseñados para vivir en un lugar permanentemente fijos. No poseen la capacidad de desplazamiento. Por lo tanto no necesitan de los sentidos que son necesarios para tal fin, como ocurre en los animales y por supuesto en el ser humano. Los vegetales pues, no pueden percibir las tres dimensiones del espacio. Consecuentemente su conciencia no está elevada a la tercera dimensión, no capta las vibraciones en la frecuencia de las tres dimensiones de la materia. Digamos que su conciencia está sintonizada con las dimensiones inferiores de la materia.

Para todo vegetal, las tres dimensiones no existen. Pero nosotros comprobamos claramente que ellas sí existen en la tercera dimensión.

Quien sabe si alguna especie superior vegetal es capaz de captar un cierto "concepto" de tercera dimensión de una manera muy limitada. Exactamente la dimensión tercera por la que nosotros podemos desplazarnos. Para este tipo de vegetal superior -supongamos, alguna especie de árbol- la tercera dimensión la percibiría de manera limitada, tal y como nosotros percibimos el tiempo. Este sería para ellos un parámetro que percibe levemente pero que no son capaces de entender ni controlar, pues no pueden desplazarse por éste.

De igual modo el ser humano está diseñado para captar las tres dimensiones del espacio. Pero además, debido a su elevada conciencia respecto al resto de las especies animales también capta, aunque levemente, la existencia de una cuarta dimensión: y la capta como "tiempo". Una dimensión que no controla, por la que no puede decidir cómo desplazarse. Una dimensión que siente que discurre en un solo sentido, hacia adelante. El ser humano no puede ir hacia atrás en el tiempo, solo hacia adelante y de manera involuntaria. No poseemos los sentidos y sus órganos correspondientes necesarios como para poder captar y evolucionar plenamente en esa cuarta dimensión, y de ese modo poder movernos por ella a nuestro antojo tal y como lo hacemos hacia adelante, atrás, arriba o abajo.

¿Desde "donde" surgieron las conciencias...?

Cada corpúsculo de conciencia comienza su proceso de evolución desde el "lugar" donde surgió.

¿Qué significa exactamente esta afirmación?

Es simple.

La Conciencia Primigenia era heterogénea, indefinida, diversa, contrapuesta, incompatible en sí misma... debía romperse en una infinidad de corpúsculos de conciencias individuales creando "individuos"para evolucionar hasta igualarlos todo en su modo superior.

Cada uno de estos corpúsculos según su "nivel consciente" se reviste de energías análogas en frecuencia vibratoria.

Pero todo esto surgió en un momento determinado.

La Creación da comienzo en un instante concreto. Llamémosle, momento cero.

Pues bien, desde el instante en que se produce el momento cero, da comienzo la disgregación de la Conciencia Primigenia en una infinidad, y esta infinidad simultáneamente crea la energía en sus distintas formas.

Entonces, cada corpúsculo de conciencia revestida de su apropiada energía se "asienta" en una determinada dimensión.

Es decir, desde el primer instante de La Creación se constituyen y agrupan las conciencias y las energías según su rango en distintas dimensiones.

Así pues, no todo corpúsculo de conciencia procedente de la Conciencia Primigenia, desde el preciso instante de La Creación, tienen el mismo nivel; ni toda energía desde el momento mismo de La Creación posee la misma frecuencia vibratoria.

Cada corpúsculo de conciencia revestida de su energía (materia) compatible, surge en el momento de La Creación con una evolución distinta a priori.

Esos grados distintos definidos en escalas, niveles y dimensiones de conciencias y energías aparecen justo desde el momento inicial, desde el momento cero.

Ejemplo: Durante el proceso de La Creación del Todo, en un momento determinado, comienza la creación de nuestro Universo actual, el que conocemos y en el que existimos.

La Ciencia data este Universo actual con una antiguedad de unos 13.800 millones de años.

Pues bien, podemos afirmar que, toda conciencia inscrita en este Universo tiene esa antiguedad mínima de 13.800 millones de años, pero cada una comenzó en un determinado nivel, superior o inferior dentro de la escala de dimensiones.

Esto se hace extensivo al momento del inicio de La Creación del Todo, evidentemente, mucho más atrás que la existencia de nuestro Universo actual.

Es pues cierto que cada conciencia, cada ser, cada individuo o entidad existente tuvimos nuestro nacimiento inicial hace miles de millones de años, pero que cada uno la iniciamos en un nivel distinto.

Queda claro que, todas las conciencias existentes poseemos la misma antiguedad. Existimos desde el mismo instante de La Creación del Todo.

Lo que hay de distinto de unas a otras, es su nivel evolutivo, el nivel de conciencia.

Es evidente que todos los seres que coexistimos en esta dimensión con una naturaleza similar, como los humanos por ejemplo, poseemos un nivel de conciencia similar, de ahí que convivamos en la misma Realidad, o dimensión.

La Entropía

La Entropía la entenderemos como el fenómeno de evolución y transformación de las energías, tomado de su origen etimológico.

Una conciencia individual, o individuo, revestida de energías bariónicas o axiónicas, pone en marcha el proceso evolutivo sobre sí mismo en dos niveles:

A nivel de cociencia elevándola mediante su relación con el entorno.

Y a nivel de materia, elevándola mediante entropía, contagiando a las energías de frecuencia vibratoria más bajas, a frecuencias vibratorias más elevadas, siendo su catalizador, la propia conciencia.

A mayor evolución de la conciencia, mayor poder de entropía puede desarrollar sobre la materia que la reviste. Por tanto, mayor será su poder de "contagio" para hacer elevar la frecuencia vibratoria de esas energías o materia. Así pues, más capacidad de evolución le transmitirá.

La Vida

Existen otros "tipos de vidas" o "existencias" distintas a las que conocemos desde nuestra perspectiva tridimensional.

En realidad podríamos clasificar a estos otros tipos de conciencias, igualmente unidas a sus propias formas de energías formando individuos separados, con personalidad propia, y no perceptible por nuestros sentidos, como seres axiónicos.

Mientras que a las formas de vida sí perceptibles, es decir, capaces de ser captadas por nuestros sentidos, igualmente conformadas por una conciencia revestida de energías (materia) los denominaremos, seres bariónicos.

A la energía bariónica la conocemos más comúnmente como materia.

A nuestra auténtica personalidad superior e imperecedera sometida a evolución, La Conciencia, es a lo que conocemos más comúnmente como espíritu o alma.

La Vida pues puede definirse, desde nuestro punto de vista tridimensional, como: toda conciencia individual y separada con personalidad propia, revestida de un conjunto estructurado de energías bariónicas capaces de autoreplicarse, de nutrirse de otras energías y relacionarse con otras conciencias de su misma naturaleza.

El propósito de la Vida es el de convertirse en vehículo mediante el cual las distintas conciencias son capaces de evolucionar a una forma de Ser gradualmente superior, llevada a cabo mediante la relación con su entorno: sus congéneres y con el medio natural percibido como Realidad.

La Vida surge con el propósito de que las distintas conciencias experimentasen la Realidad percibida, de una forma más sutil, refinada, profunda e interactiva. Como consecuencia se alcanza uno mayor y más rápido nivel de conciencia, es decir, una evolución más plena y acelerada.

La Conciencia crea La Vida

Muy al contrario de lo que siempre se ha creído, y se continúa aún creyendo... no es la Vida la que crea o engendra a la conciencia. Porque La Vida no es anterior a la conciencia.

Es la Conciencia la que crea Vida; es la Conciencia la que activa la vida cada vez que se constituye un conjunto de energías estructuradas que sirven como "revestimiento" a esa Conciencia.

La Conciencia Primigenia fue la Creadora del Todo.

La Conciencia Primigenia, una vez inicia el proceso de Creación, se divide y separa en infinidad de corpúsculos de conciencias.

La Conciencia de mayor rango que permanece tras esta división casi infinita, crea las Leyes Naturales que rigen el Cosmos, El Multiverso, La Energía, La Materia.... en este estado primigenio de Lo Creado, la infinidad de corpúsculos de conciencias se conectan con sus respectivas realidades permaneciendo en un estado de "reposo", de "inactividad", de "sueño".

La Conciencia Superior entonces crea el fenómeno de La Vida, para que la infinidad de corpúsculos de conciencias se provean de un vehículo mediante el cual pueda interactuar de manera más profunda y sutil entre sí; con el propósito final de acelerar la evolución de éstas. Y al fin y al cabo acelerar su propia evolución.

-Todos somos parte de Todo-

¿Dónde está La Conciencia Primigenia?

La Conciencia Primigenia existente antes de la Creación, se convierte en Energía mediante el proceso del Estallido Inicial y el posterior fenómeno inflacionario. A partir de ahí tiene lugar La Creación.

La Conciencia Primigenia queda igualmente disgregada, reubicándose como energías distintas constituyendo las distintas dimensiones.

Tras la conformación de las distintas dimensiones, los corpúsculos de energía, según "el plan establecido" por La Conciencia Primigenia, comienzan a sufrir un proceso de unión, concentrándose en una infinidad de "conjuntos" de energías asociadas que vibran en múltiples frecuencias distintas.

Este proceso aun persiste y seguirá dándose hasta la conclusión de la Creación.

Desde entonces, existen pues corpúsculos de energías simples según su rango de frecuencia, y conjuntos de corpúsculos de energías asociadas, que vibran a la vez en rangos de frecuencias distintos.

Es en estos conjuntos de corpúsculos de energías heterogéneas donde se manifiesta la Conciencia, virtualmente, como una entidad independiente.

Es pues cada conjunto asociado de energías distintas con conciencia propia, un SER.

Existen pues en el Universo (en los Universos) una infinidad de seres distintos con conciencia propia, cuyo nivel viene dado según el rango de frecuencia en el que vibra la energía que los componen.

En resumidas cuentas: Un SER es un Ente consciente (con Conciencia) que se manifiesta por medio de un conjunto de energías asociadas de distintas vibraciones.

Esa Conciencia, virtualmente independiente, se manifiesta en cada Ser, -en realidad-, según el rango de frecuencia más bajo en el que vibra la energía que lo compone.

La Dimensión Superior es la Conciencia Superior.

Desde el comienzo de La Creación, los corpúsculos de energía de máxima vibración posible se congregaron de forma natural en un mismo "lugar", conformando la Dimensión Superior.

El resto de corpúsculos de energía de vibraciones inferiores igualmente se congregaron, pero en una infinidad de entes distintos, cuyas energías vibran en un amplio espectro simultáneamente, creando el conjunto de las demás dimensiones, inferiores a la Dimensión Superior, y en una escala muy amplia.

Existe un fenómeno universal: cuando tiene lugar una agrupación de energías, la Conciencia se manifiesta.

En el caso de la Dimensión Superior, La Conciencia se ha manifestado en su forma Superior, en su forma Perfecta. Esta Conciencia Superior es Un Solo Ser Perfecto. Este Ser Perfecto se ha convertido en Guía e Inspiración para el resto de La Creación.

El Ser Perfecto en realidad es El Gran Atractor de todas las conciencias-energías existentes.

La Dimensión Superior es la Meta Final de toda conciencia-energía de La Creación.

El Fin o la Finalidad es conseguir que toda energía existente vibre y se manifieste en su forma superior, entrando a formar parte finalmente de la Dimensión Superior, o Conciencia Suprema.

Todo llegará a ser Un Solo Ser Perfecto.

Es a esta Dimensión Suprema o Conciencia Superior a la que las tradiciones se han referido con distintas denominaciones: Nirvana, Espíritu Santo, Espíritu Divino, o simplemente lo ha identificado con esa figura paterna de Dios antropomorfizado.

Se trata pues de la Parte Perfecta de la Creación a la que todos aspiramos a llegar.

No obstante, Según el concepto de Dios en toda su plenitud, somos todos, es Todo, bajo todas las formas y todas sus manifestaciones. Porque a pesar de la disgregación, seguimos siendo UNO.

Gran parte de Dios, en realidad la mayor parte de esa Conciencia Primigenia, está ubicada y se manifiesta en los conjuntos asociados de energías inferiores, es decir, en seres de todo tipo de naturaleza e identidad inferior a la Conciencia Suprema.

Somos al mismo tiempo parte de esa Conciencia, pero manifestada en niveles inferiores.

Una burda analogía.

Este es un ejemplo práctico para entender la relación entre nuestra consciencia y la "parte" del Universo que percibimos:

Imagina el dial de un receptor de radio. Sabemos que en toda la banda de la FM -por ejemplo- están emitiendo decenas de emisoras distintas al mismo tiempo.

Las distintas emisoras de radio representarían en este ejemplo a las distintas frecuencias en las que las partícula subatómicas vibran.

Si movemos la rueda del dial y desplazamos la marca del sintonizador sobre las distintas frecuencias podemos oír distintas emisoras.

Imaginemos que la aguja que señala la frecuencia del dial es nuestra consciencia. Si pudiéramos desplazar nuestra consciencia, allá donde la paremos percibiremos "otras emisoras", es decir, otra frecuencia vibratoria de los mismos átomos que nos componen.

Esas "otras emisoras" vendrían a ser las "otras dimensiones" para nuestra consciencia, siendo el sintonizador de radio siempre el mismo.

Nuestra consciencia, habitualmente, no se desplaza en "el dial" sino que permanece estática en un punto en concreto.

En nuestro caso, nuestra consciencia está estacionada de forma fija en "un punto" del extenso rango de frecuencias en la que nuestras partículas subatómicas vibran, en tal modo que solo percibimos tres dimensiones, más el tiempo.

Pero siguen existiendo esas otras "emisoras" -otras frecuencias- a la vez.

Si pudiésemos desplazar nuestra consciencia a lo largo del extenso espectro de frecuencias, comenzaríamos a contemplar este mismo mundo pero de manera distinta, comenzaríamos a contemplarlo con una dimensión añadida, una cuarta dimensión en todos los objetos existentes.

Si pudiéramos desplazar esa consciencia de una manera más elevada aun a lo largo del espectro de frecuencias en la que vibran nuestras partículas subatómicas, comenzaríamos a contemplar este mismo mundo con otra dimensión más añadida, una quinta dimensión. Y así sucesivamente.

En definitiva, lo que contemplamos y experimentamos depende del punto donde nuestra consciencia está establecida, donde esté fijada.

Si pudiésemos sintonizar a nuestra consciencia con todas las frecuencias a la vez, veríamos a nuestro cuerpo y todo nuestro entorno en todas sus dimensiones posibles. Por supuesto, en todos los casos, siempre se trataría de nuestro mismo cuerpo, pero observado desde todos sus "ángulos posibles", desde todas las frecuencias en las que vibran las partículas subatómicas que nos conforman.

La Creación es Multiversos Multidimensionales

Existen multitud de Universos como éste o similares.

Existieron otros muchos Universos que ya se extinguieron consumando sus ciclos.

Existirán una incontable multitud de otros Universos como este y muy distintos a este aun por crearse.

Al mismo tiempo cada uno de estos universos creados o por crear, coexisten en multitud de dimensiones diferentes a esta que experimentamos.

A todos estos Universos, pasados, presentes y futuros, en toda la extensión de sus dimensiones, es a lo que denomino: La Creación.

Así decimos que el Universo es la totalidad de lo que percibimos con nuestros sentidos, y a través de las tecnologías.

El Multiverso es el conjunto de todos los Universos existentes que podrían ser visibles por nuestros sentidos si pudiésemos desplazarnos hacia ellos. Se trata de otros Universos físicos, ya se asemejen al nuestro o sean distintos a él.

Denominaremos Omniverso al conjunto que conforma el Multiverso pero desde todas sus extensiones dimensionales. Es decir, todos los Universos existentes en todas sus dimensiones.

Definición de Multiverso y universos cuánticos.

Sobre los universos paralelos y el Multiverso.

La Ciencia teoriza...

"Multiverso es un término usado para definir los múltiples universos existentes, según las hipótesis que afirman que existen universos diferentes del nuestro propio.

El multiverso comprende todo lo que existe físicamente: la totalidad del espacio y del tiempo, todas las formas de materia, energía y cantidad de movimiento, y las leyes físicas y constantes que las gobiernan.
Los diferentes universos dentro del multiverso son a veces llamados universos paralelos. En otros contextos, también son llamados «universos alternativos», «universos cuánticos», «dimensiones interpenetrantes», «mundos paralelos», «realidades alternativas» o «líneas de tiempo alternativas».

Según el cosmólogo Max Tegmark, pueden existir distintos niveles de multiversos.

Las teorías científicas de los universos paralelos constituyen una jerarquía de cuatro niveles. Conforme aumenta el nivel, los distintos universos difieren más del nuestro. Así, en el multiverso de Nivel I los distintos universos solo se diferencian en las condiciones iniciales mientras que en el multiverso de Nivel IV incluso las leyes físicas son distintas.

En las definiciones de multiversos de nivel I y II se teoriza sobre la existencia de otros universos físicos distintos al nuestro. Se trataría de Universos vecinos, en el que en un momento determinado de nuestra evolución científica pudiera ser incluso observados, y quién sabe si incluso visitados.

En las definiciones de multiversos de nivel III y IV entran a formar parte la teoría de la física cuántica. Según la teoría que define el multiverso de nivel III, cada una de las observaciones posibles equivale a un universo diferente; los procesos aleatorios cuánticos provocan la ramificación del universo en múltiples copias, una para cada posible universo. Esta interpretación concibe un enorme número de universos paralelos; dichos universos se encuentran «en otra parte» distinta del espacio ordinario.

Por lo que deducimos que según la "teoría de cuerdas" existe un número infinito de universos paralelos al nuestro. Es lo que se conoce con el nombre de multiverso. La realidad que percibimos es sólo una entre las infinitas que existen. Algunos de estos universos son muy distintos al nuestro. Otros, completamente idénticos.

Por increíble que parezca, en algún otro universo hay otro yo haciendo exactamente lo mismo que yo. Mientras en otro universo hay otro yo haciendo aquello que no hice. Algunos científicos interpretan el multiverso como el lugar donde se cumplen todas las probabilidades cuánticas, esto es, todas las probabilidades que puede tomar la realidad. Así, en otro universo Elvis sigue vivo. Y todas las probabilidades son igual de reales. La vida de los distintos universos se superpone.

Y el error está en la creencia de la existencia de "los universos infinitos".

Si esto fuese cierto, imagina: existirían en ese caso todos los universos posibles con todas las probabilidades posibles. Esto es... cualquier universo que tú te imagines, por muy raro, estúpido o irreal que te pueda parecer, existe. Porque en eso consiste la idea de la existencia de "universos infinitos". Todos existen.

Si esto fuese cierto, por cada universo se generaría una serie consecutiva de universos infinitos que a su vez generaría cada uno de ellos otra serie consecutiva de universos infinitos a medida que el tiempo transcurriese.

Es más, no hablamos ya de Universos como un conjunto generando una infinidad de universos, sino que también cada componente -hasta cada átomo- de cada universo generaría todas las variaciones posibles, que a su vez cada una de ellas generaría una infinidad de posibilidades exponenciales.... y así hasta el infinito.

De todas todas, no tiene ningún sentido esta formulación científica.

Lo infinito, elevado exponencialmente al infinito, elevado exponencialmente al infinito.... hasta el infinito, carece de lógica; su estructura sería imposible y no tendría ningún sentido. El Universo colapsaría en esa progresión geométrica sin fin autoreplicándose según todas y cada una de las posibles probabilidades prevista por la mecánica cuántica.

En realidad, la solución a este problema proviene del mismo fenómeno cuántico:

Todo está formado por cuerdas que vibran: los cuarks.

Estas cuerdas vibran en todos los rangos de frecuencias posibles -de manera finita pero a lo largo de un inmenso espectro; a lo largo de todo el espectro-

Habría que distinguir dos niveles en este conjunto de universos; es decir, en el Multiverso:

Primer nivel.

El nivel físico: existen, además de nuestro Universo físico que observamos, otros universos físicos vecinos por ahora inalcanzables por estar situados a distancias inconcebibles, pero que podríamos visitar con la debida tecnología. Son Universos fuera de este Universo, pero están ahí, físicamente.

Ejemplo: tal como un humano prehistórico que viviese en una isla en medio del océano, e intuyera que existen otras islas, a las que no puede llegar porque no posee los medios tecnológicos adecuados; esto es, una barca.

Segundo nivel.

El nivel cuántico: en todos y cada uno de esos universos físicos incluido el nuestro, se "superponen" una serie consecutivas de otros "universos paralelos" que entran a formar parte de sí mismos. Es lo que la teoría M define como "dimensiones extras" y que cuantifica como mínimo en 11.

Aclaración.

Tomando como ejemplo el Universo en el que existimos: Estos "otros" universos cuánticos no son universos distintos a este en el que vivimos. Se trata de nuestro propio universo pero en toda su "plenitud", pues los componentes de este Universo, los planetas, estrellas, galaxias... están conformados por una infinidad de cuaks que vibran en todas las frecuencias posibles, generando así todas las dimensiones posibles.

Por lo cual, lo que la ciencia denomina "otros universos paralelos" es en realidad este mismo universo, es decir, éste que experimentamos, pero que además se "extiende" hacia otras frecuencias vibratorias que no percibimos.

Todos esos universos paralelos -universos cuánticos- son éste mismo, pero al completo, en su totalidad.

Si pudiésemos experimentar la cuarta dimensión desde un lugar conocido, comprobaríamos que todo sigue exactamente igual, en su sitio, el cambio consistiría en que lo veríamos no en tres dimensiones, sino en cuatro.

Entonces, el Multiverso es el conjunto de universos físicos que podemos percibir por nuestros sentidos y mediante la tecnología.

Pero el Multiverso tiene además una existencia cuántica definida por una serie de dimensiones extras indetectables por nuestros sentidos y nuestra tecnología. A este conjunto que lo abarca todo -Multiversos y sus correspondientes Universos paralelos o dimensiones- podríamos denominarlo entonces OMNIVERSO (o Creación).

Tú estás en este Universo, y a la vez existes en todos los demás universos cuánticos correspondientes a él, por el simple hecho de que tú estás formado por cuarks que vibran en todas esas frecuencias que corresponden a las distintas dimensiones de este Universo.

No se trata pues de múltiples posibilidades que se generan espontáneamente dando lugar a distintos universos alternativos, tal como teoriza la ciencia, sino que son múltiples niveles vibratorios de tu propio cuerpo, donde cada nivel vibratorio corresponde a una determinada dimensión cuántica. Por supuesto esto ocurre con toda la materia del Universo.

Por lo tanto, tu "yo" no genera "otros yoes" alternativos al tuyo. A partir de ti no se crean espontáneamente una serie sucesivas de tu persona distintas a ti. Por el contrario, tú existe en esta dimensión definida por los tres parámetros del espacio además del tiempo, y a la vez, existes en todas las otras dimensiones.

Así, tan solo hay una conciencia y solo cuerpo, el tuyo; pero solo puedes observar tu cuerpo tridimensional y no puedes captar la totalidad de la extensión de tu cuerpo existente en las demás dimensiones.

Si fuese cierto lo que la ciencia propone, entonces cabría preguntarse, ¿todos esos "yoes" tuyos alternativos tienen consciencia propia? Si así fuese, se tratarían entonces de otros seres distintos a ti, y por tanto, distintos entre sí, con personalidad propia, con una conciencia a parte. Si tuviesen lugar en el Universo todos los acontecimientos posibles respecto a ti y respecto a todo lo que compone el mundo, significaría que todo está trazado, que todas las posibilidades se han ejecutado o se ejecutarán, entonces, no hay capacidad de decisión sobre tus actos, con todo lo que ello implica filosóficamente hablando. Una situación difícil de aceptar.

Todos existimos a la vez en todos los "universos paralelos", pero no son "otros yoes", en todos los casos somos la misma persona, con una única conciencia que experimenta.

Pero eso sí, solo experimentamos la realidad a la que nuestra consciencia está "sintonizada". En nuestro caso, sintonizamos el rango de frecuencia de las tres dimensiones espaciales más la percepción del tiempo.

Explicación del gráfico superior.

La fotografía del gráfico superior hace referencia a las partículas subátomicas de las que Todo está formado, incluidos nosotros. Todos los seres vivos, los planetas, las galaxias, las estrellas, los universos...

Podemos observar cómo estás partículas aparecen en varios colores. Cada color representa un nivel de frecuencia de vibración. Esto viene a decir que toda partícula de la que estamos formado, pues, vibra en una amplia gama de frecuencias a la vez.

Inmediatamente de abajo he representado a esta partícula

estratificándolas en sus distintos niveles de frecuencia

vibratoria: los puntos rojos representan las frecuencias más

bajas en las que vibran las cuerdas que componen esta

partícula, y los puntos en índigo claro representan las

frecuencias más altas . Además de las cuerdas intermedias.

De esta manera podemos entender que un ser cuya conciencia

sintoniza la primera dimensión, posee un revestimiento de energía (o cuerpo) que está compuesto por una infinidad de

cuerdas que vibran, desde las frecuencias más bajas (en rojo

oscuro), a las frecuencias más altas (índigo).

Un ser cuya conciencia sintoniza la segunda dimensión, posee un revestimiento de energía (o cuerpo) compuesto por una infinidad de cuerdas que vibran, desde las frecuencias representadas por el color rojo claro, hasta las frecuencias representadas por el índigo claro.

LAS PARTÍCULAS QUE COMPONEN LOS CUERPOS DE LOS SERES QUE SINTONIZAN LA SEGUNDA DIMENSIÓN, HAN DEJADO DE VIBRAR EN LA FRECUENCIA MÁS BAJA (la representada por el color rojo oscuro). La evolución de su cuerpo energético y su nivel de conciencia han superado la primera dimensión.

Los seres cuya conciencia sintonizamos la tercera dimensión (animales y humanos), poseemos un revestimiento de energía (nuestro cuerpo) compuesto por una infinidad de cuerdas que vibran, desde la frecuencias representadas por el color naranja, hasta las frecuencias representadas por el color índigo.

Las partículas que componen nuestros cuerpos energéticos pues, han dejado de vibrar en las frecuencias más bajas, representadas por los colores rojo claro, y rojo oscuro.

La evolución de nuestro nivel de conciencia, así como el cuerpo que corresponde a este nivel, han superado al unísono las dimensión primera donde sintonizan los minerales, y la dimensión segunda donde sintonizan los vegetales.

Y así sucesivamente ocurre en el resto de las dimensiones, donde cada conciencia revestida con el cuerpo energético que le corresponde según su nivel, sintoniza una determinada dimensión.

Por otro lado, denomino VENTANA DE PERCEPCIÓN, al conjunto de energías de una determinada frecuencia, que es percibida por una conciencia dentro solo de la dimensión que sintoniza.

Ejemplo: nosotros los humanos percibimos el conjunto de

energías que vibran en la frecuencia de la tercera dimensión (representadas por las cuerdas de color naranja).

Los seres de la primera dimensión (minerales), y los seres de

la segunda dimensión (vegetales), posee un espectro más amplio de frecuencias, donde también sus cuerpos energéticos vibran en la frecuencia de la tercera dimensión, que es la dimensión que nuestra conciencia sintoniza, la que captamos. Es por esta razón por la que podemos ver los cuerpos minerales y vegetales como una parte más de nuestro entorno, como cuerpos tridimensionales

Los cuerpos de los seres que habitan las dimensiones superiores a la nuestra, han dejado de vibrar en la frecuencia de la tercera dimensión, por lo tanto, no podemos captar las cuerdas en la que vibran, pues se trata de una frecuencia superior a nuestro nivel de sintonización.

Así ocurre sucesivamente en las demás dimensiones.

En cada una de las dimensiones, las conciencias revestidas con sus correspondientes cuerpos, sintonizan únicamente la frecuencia correspondiente a la dimensión en la que habita. De esta forma percibe a todos los seres que vibran, única y exclusivamente, en su frecuencia y en su dimensión.

Ventana de percepción de los seres de la 5ª dimensión.

Ventana de percepción: explicación de los gráficos superior e inferior.

En estos dos gráficos podemos ver claramente el espectro en el que vibran las partículas subatómicas de la que están hechos los cuerpos de los distintos seres según qué dimensiones habiten. A la vez que representa a las dimensiones que las conciencias sintonizan según su nivel.

Los elementos minerales que conforman la primera dimensión de la conciencia, vibran en todas las frecuencias posibles. Pero solo perciben una dimensión de su entorno.

Los seres vegetales que conforman la segunda dimensión de la conciencia, vibran en todas las frecuencias, excepto en las frecuencias más bajas correspondientes a la dimensión 1ª. Así que perciben su entorno en solo dos dimensiones.

Esto se debe a que en esta dimensión segunda, la conciencia está más evolucionada, y por tanto su cuerpo energético (en forma vegetal) debe ser más evolucionado en correspondencia.

Se podría decir que estas conciencias han hecho elevar el nivel vibratorio de las partículas subátomicas de frecuencia más bajas (1ª D.), a un nivel de frecuencia propio de la segunda dimensión; esto es: por encima de 10 elevado a menos 8 hercios. Desapareciendo entonces las vibraciones por debajo de esta cota.

Y así se repite sucesivamente en las diferente dimensiones.

En nuestra dimensión tercera, las partículas subatómicas que conforman nuestros cuerpos, han dejado de vibrar a las frecuencias correspondientes a la segunda y primera dimensión. Por lo tanto percibimos nuestro entorno en tres dimensiones.

Nuestra ventana de percepción en la que sintoniza nuestra conciencia por estar habitando un cuerpo tridimensional, capta todo ser que posee partículas subatómicas que vibran en una frecuencia igual a la nuestra. Es decir, los minerales (o el mundo de la materia), y los vegetales.

No podemos captar a los seres que habitan las dimensiones superiores a la nuestra por la sencilla razón de que, las partículas subatómicas que conforman sus cuerpos ya han dejado de vibrar en la frecuencia propias de la tercera dimensión. Las partículas subatómicas que componen sus cuerpos vibran a una frecuencia superior a la nuestra.

Sin embargo, la ventana de percepción de estos seres que habitan las dimensiones superiores a la nuestra, sintonizan con los cuerpos que vibran en su frecuencia, y con todos los cuerpos que posean partículas subatómicas que vibran en su misma frecuencia:

En el ejemplo del gráfico inferior, un ser de 5ª dimensión posee un cuerpo cuyas partículas subatómicas que lo conforma, vibran entre los 10 elevado a 30 y los 10 elevado a 37 hercios. Esa es su ventana de percepción.

Por tanto, este ser contempla como parte de su entorno o hábitat a todo ser que posea un cuerpo cuyas partículas subatómicas vibran además en su frecuencia de sintonización. Estos seres son los que habitan la primera, segunda, tercera y cuarta dimensión, además de los seres que habitan su propia dimensión, la 5ª.

La ventana de percepción de una conciencia determinada consiste en la sintonización, única y exclusivamente, de una única franja de frecuencia que corresponde a su propia dimensión.

Cualquier ser o conciencia, no logra captar las demás dimensiones distintas a la suya que sintoniza. Al sintonizar el rango de frecuencia propio de su dimensión, capta además a todos los cuerpos que también vibran en su rango de frecuencia, experimentándolos como coetáneos, dentro de su hábitat natural.

Por tanto, un ser de 5ª dimensión convive en un entorno o hábitat de cinco dimensiones, con sus congéneres y además con una amplia gama de seres inferiores a ellos, los etéricos, los bariónicos (nosotros), los primarios (vegetales) y los elementales (minerales); pero toda esta amplia gama de seres inferiores son captados por ellos en su forma de cinco dimensiones; en la frecuencia de la quinta dimensión.

Nosotros los humanos creemos existir en una sola dimensión, la tercera, porque nuestra conciencia está sintonizada en esta frecuencia; pero en realidad existimos en todas las dimensiones, desde la nuestra, hasta las más elevadas, pues las partículas que componen nuestros cuerpos vibran en las frecuencias propias de la cuarta, quinta, sexta, séptima, octava, novena y décima dimensión a la vez.

Por lo tanto, además de nuestro cuerpo bariónico -el que percibimos a través de nuestros sentidos- poseemos igualmente un cuerpo etérico, un cuerpo astral, un cuerpo dévico, un cuerpo búdhico, un cuerpo átmico, un cuerpo prakáshico y un cuerpo samádico.

Por este motivo, todos estos seres superiores nos contemplan como seres naturales de su entorno.

Toda esta jerarquía de seres superiores a nosotros son conscientes de que convivimos con ellos, aunque nosotros no seamos consciente de esto. Para ellos, nosotros somos parte de su hábitat natural, de sus vidas ordinarias; formamos parte de la "fauna" de su mundo.

Y digo "fauna" porque quizás sea la manera más aproximada que ellos tienen de vernos, entendernos y experimentarnos; al igual que nos ocurre a nosotros con los seres inferiores vegetales y minerales.