4.10.15

Los ciclos del Universo y de los seres que contiene.

El Multiverso está diseñado para evolucionar por medio de ciclos consistentes en nacimiento, desarrollo y destrucción (o más acertadamente, tránsito). Todo lo que los universos contienen, y éstos en sí mismo, funcionan de esta manera en todos sus niveles. Es el denominado diseño fractal. 

En el caso de los seres con vida, estos ciclos son exactamente iguales al de las estrellas o las galaxias por ejemplo. Experimentan un episodio de nacimiento, prosigue con una amplia etapa desarrollo, se reproducen y finalmente mueren. Inmediatamente después estos deshechos sirven para la formación de otros nuevos cuerpos. El ciclo se repite indefinidamente (1).
Vemos claramente cómo en el caso de los objetos inanimados que conforman el Universo los ciclos a los que hago referencia se repiten sin cesar. La ciencia así lo corrobora. No obstante al contemplar las especies atribuidas de vida -incluido el ser humano-, tenemos la sensación de que sobrevivimos a un único ciclo de vida. Aparentemente, tras la realización de este ciclo prefijado: nacimiento, desarrollo y muerte, ahí termina todo.
Pero este aparente desenlace contradice esa ley universal de ciclos consecutivos por la que se rige todo lo existente y que sirve como método para la evolución, para la mejora; sin duda para perfeccionar Todo lo existente.

Extrapolando este fenómeno universal se puede deducir que el ser humano está sometido pues al mismo proceso cíclico, pues forma parte indisoluble del Universo. Entonces, por esta ley universal, estamos sometidos a ese proceso de ciclos igualmente. No puede tratarse de una excepción. En el caso de la materia que nos conforman está claro que estos ciclos indefinidos tienen lugar. "La energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma". 
Pero queda algo que subsiste, que trasciende a todo este proceso de ciclos aparentemente sin fin. Ese algo trascendente, que no desaparece, pero que se recicla y muta pues evoluciona y se perfecciona, que se eterniza en el tiempo y en el espacio, es La Conciencia, o desde el punto de vista religioso es lo que se denomina alma o el espíritu del ser. 
La Conciencia es tu verdadero Yo. Tu identidad misma
Tu cuerpo físico elaborado de un conjunto de energías estructuradas de forma compleja para hacer posible la vida, es caduco, muere y desaparece. Se trata pues de un simple revestimiento que necesitas. No obstante Tú permaneces, nunca desapareces, eres eterno, te transformas, adquieres otras estructuras energéticas... pero sigues siendo tú mismo. 
Tu alma es tu Conciencia. 

A este transcurrir de ciclos indefinidos que experimenta una conciencia impelida a la evolución ascendente, las tradiciones antiguas la han denominado reencarnación, pues cualquier conciencia para perfeccionarse y elevarse debe experimentar la vida, y para ello es necesario un revestimiento complejo de energías (cuerpo) que sirva como vehículo para experimentar la realidad, sintonizada en una determinada dimensión, según su nivel.  

(1) Cuando hago alusión a la expresión "indefinidamente" no debe traducirse como "para siempre" o "eternamente" sino más bien hago referencia a un ciclo muy extenso del cual su conclusión no se conoce. 

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